La India, entre lo caótico y lo ostentoso (parte 1)
Las historias comienzan a contarse desde que nacemos, desde que comenzamos a hacer cosas grandes, ¿te imaginas si una de esas enormes hazañas fuera viajar? Hoy una verdadera viajera nos enseña cómo un viaje puede transformarlo todo.
Soy Yelinka y anteriormente les he contado cómo viajar ha sido algo fundamental en mi vida y si tuviera que describir cómo conocer lugares ha cambiado mi forma de pensar y de ver el mundo, definitivamente tendría que comenzar hablando de La India.
Fue en 2007, cuando descubrí este imponente lugar, en medio del ruido, del caos y de amistades para toda la vida, así fue mi primer contacto con estás tierras. Para mi la India significa calidez, armonía en caos, majestuosidad.
Cuando hablo de amistades me refiero a aquellas que siguen sin importar las distancias, ni el tiempo, como mis colegas y amigos Sujit y Kumar, que sin ellos mi acercamiento a la India, nunca hubiera sido posible.
Desde la primera vez que visité estás tierras de grandes imperios y comercios, hubieron cosas que no pude nunca olvidar, pero ahora entiendo que sólo con los años pueden aceptarse. Como los matrimonios arreglados, que son una tradición, una cultura y algo muy propio. Conocer lugares así con un trasfondo tan profundo y enriquecedor, es de las experiencias más significativas, al menos en mi vida así lo fue.
Por otro lado, existe la imagen de la India en sí, los colores, atuendos, las castas, y hasta el saludo que con un namasté, hace toda la diferencia. Qué decir de su peculiar acento que de la manera más increíble, te hace sentir como en tú otra casa al otro lado del mundo. Dentro de todas las experiencia que me llevé de aquel primer viaje en el lado caótico de la India, no podrían faltar las deliciosas comidas sazonadas con especias exóticas, al momento de probarlas y de compartir; la explosión de sabores en su máxima potencia y esplendor, para luego relajar el cuerpo y la mente al sabor de un caliente chai.
Muchas cosas podría hablar sobre la india, pero me gustaría compartir las que más marcaron mi estadía, y eso también incluye la parte religiosa: desde el budismo, hinduismo hasta el jainismo. Es como ser testigo y partícipe del encuentro entre musulmanes, hindúes, católicos, ricos, pobres, expatriados y extranjeros. Si a esas maravillas le agregas los inolvidables atardeceres, el recuerdo de los imponentes templos y mezquitas y la dicha de permitir que ese toque místico propio y único de la India te llegue al alma... Lo has logrado, te has empapado del encanto de este lugar.
La India, es una divina complejidad sin igual.
Mención especial OLD DELHI
Hay lugares en particular que marcaron mis vivencias, como Old Delhi con su vibra abrumadora, donde está la mezquita más grande de la India, pero se encuentra rodeada de calles caóticas, ruido, comercios, claxons, vacas y hasta lo inimaginable, tanto que al intentar cruzar con los bici-taxis, el camino se vuelve un deporte extremo.
¿SABÍAS QUÉ? Aunque para la mayoría decir INDIO, es despectivo, ese término es el gentilicio correcto para quienes nacieron en la INDIA. Mientras que HINDÚ se refiere a una de las tantas religiones que existen, pueden existir Indios Hindués, Indios musulmanes, etc.
Esta es la india profunda, donde lo consigues todo y se puede todo, donde los comerciantes siempre te muestran una sonrisa acompañada de palabras amigables.